Los cultos-cargo
John Frum que estás en los cielos
Los Culto Cargos, tal como los llaman los antropólogos, son la fascinante historia de la creación de una nueva religión en el siglo XX, folclore en formación ante nuestros ojos. Una religión que nace a inicios del siglo XX y que se desarrolla sobre todo durante la Segunda Guerra Mundial en algunas islas del Pacífico. Un caramelo para sociólogos, antropólogos o filósofos que han escrito bastante sobre el asunto, así que tal vez ya conocen el tema, pero es que yo me he enterado hace poco, entre trabajar y seguir el twitter de Rajoy y todas las declaraciones de Mourinho no es fácil enterarse de cosas interesantes, no hay tiempo.
Hasta los años 40 del siglo XX los indígenas de algunos lugares remotos del Pacífico, sobre todo en la Malanesia vivían apartados del mundo en sus idílicas islas. Bueno, a ellos no les parecían tan idílicas (háganse cargo -con perdón- no había resorts todavía) ya que tenían que trabajar duro para sobrevivir. Sus creencias podríamos calificarlas de habituales en estos casos: rendían culto a sus antepasados que regresarían trayendo consigo una nueva era de prosperidad.
Pero estalla la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico y aquello cambia por completo. Empiezan a oír extraños rugidos en el cielo, a ver enormes pájaros oscuros, o seaOVNIS, y grandes canoas o monstruos marinos. Primero a lo lejos y finalmente algunos desembarcan en su isla. El choque cultural es de proporciones bíblicas, nunca mejor dicho. Algo así como la llegada de las primeras suecas a nuestras playas, pero más bestia. De esas extrañas máquinas salen hombres muy blancos vestidos de verde, con curiosas insignias y banderas y objetos metálicos en sus manos. Sin duda eran los nuevos dioses o, como mínimo, sus profetas.
Nuevos dioses más poderosos
En una de esa pequeñas islas,Tanna en el archipiélago de Vanuatu, se sigue celebrando una vez al año el rito principal de su nueva religión, El día de Jhon frum(el 15 de febrero), en el que honran a su dios. John Frum es un personaje a medio camino entre la realidad y la leyenda. Se cuenta de él que era bajito, con el pelo blanco y una casaca con numerosos botones. Se sospecha que fuera un soldado norteamericano y que su nombre vendría porque se presentaría diciendo algo así como “I am John, from America” y de ahí el nombre acortado, John Frum para aquí unos amigos y devotos seguidores. Aquel profeta blanco desbarata la estructura social y religiosa de la pequeña isla de Tanna. Les enseña muchas cosas, como que llegará un día en el que no tendrán que trabajar, que aquello será el paraíso, y a la vez les anuncia también la llegada del apocalipsis. Dice la leyenda que tuvo tres hijos: Isaac, Jacob y Lastuán (the last one), aunque muy pocos elegidos pudieron verlos y transmitir sus conocimientos.
Tras un tiempo, John Frum desapareció. Hoy día siguen esperando su retorno, que traerá otra vez el preciado cargo, una nueva era de abundancia en la que no habría que volver a trabajar. Siguen convocándolo cada 15 de febrero con sus desfiles, sus pistas de aterrizaje y sus aviones de caña.
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