JURAMENTO DE INICIACIÓN JESUITA
Ignacio de Loyola,
Yo… ahora frente al Todopoderoso
“ID, PUES, EN TODO EL MUNDO Y TOMAR POSESIÓN DE LAS TIERRAS EN NOMBRE DEL PAPA. QUIEN NO LO ACEPTE COMO EL VICARIO DE JESÚS Y DE SU VICE-REGENTE DE LA TIERRA, SEA MALDIDO Y EXTERMINADO”

“Yo… ahora frente al Todopoderoso Dios, la bendita virgen María, el
bendito san Juan bautista, los santos apóstoles, mi padre FANTASMAL (?)
el general superior de la Sociedad de Jesús fundada por san Ignacio de
Loyola, en el pontificado de Pablo III y continuando hasta el presente,
por el vientre de la virgen, la matriz de Dios, y la vara de Jesucristo,
declaro y juro que Su Santidad el Papa, es el Vice-regente de Cristo y
es el verdadero y única cabeza de la iglesia Católica o Universal por
toda la tierra; y por virtud de las llaves de atar y soltar dadas por su
santidad mi Salvador, Jesucristo, él (el papa) tiene poder para
destronar herejes, ya sean reyes, príncipes, Estados, Mancomunidades, y
Gobiernos y ellos sean ciertamente destruidos.
Por lo tanto al extremo de mi poder yo defenderé esta doctrina del
derecho y costumbre de ‘Su Santidad’ contra todos los usurpadores o
autoridades protestantes cualesquiera, especialmente la iglesia luterana
de Alemania, Holanda, Dinamarca, Suecia, y Noruega y la ahora
pretendida autoridad de las iglesias de Inglaterra y ESCOCIA, y las
ramas de la misma ahora establecidas en Irlanda y en el continente de
AMÉRICA y en cualquier otro sitio, y todos sus adherentes en
consideración que ellos sean usurpados y herejes, oponiéndose a la
‘MADRE IGLESIA DE ROMA.!!
“Yo además declaro que la doctrina de las iglesias de Inglaterra y
Escocia, de los Calvinistas, Hugonotes, y otros del nombre de
Protestantes o Masones A SER MALDITOS, Y ELLOS MISMOS A SER MALDITOS
quienes no renuncien a las mismas.
“Yo además declaro que yo ayudaré a asistir, y aconsejar a todos o a
cualquiera de los agentes de ‘Su Santidad’ en cualquier lugar donde yo
esté, en Suiza, Alemania, Holanda, Irlanda o América, o en cualquier
otro reino o territorio yo vendré para y haré lo máximo para extirpar a
las doctrinas herejes Protestantes o Masonas y destruir todos sus falsos
poderes, legales o al contrario.
“Yo además prometo y declaro que yo no tendré opinión o voluntad
mía propia o ninguna reserva mental fuere lo que fuere, aun como un
cuerpo y cadáver (perinde ad cadaver), sino sin vacilar obedeceré todas y
cada orden que yo pueda recibir de mis superiores en la milicia del
Papa y de Jesucristo.
“Que yo iré a cualquier parte del mundo dondequiera que sea
enviado, a las regiones congeladas del norte, selvas de la India, a los
centros de civilización en Europa, o a las persecuciones salvajes de los
bárbaros salvajes de América sin murmuraciones ni lamentaciones, y seré
sumiso en todas las cosas que fueran comunicadas a mí.
“Que yo no trataré, no emplearé a un Protestante si está en mi
poder tratar o emplear a un Católico. Que yo pondré las niñas católicas
en las familias Protestantes para que un reporte semanal sea hecho de
los movimientos internos de los herejes.
“Que yo me proveeré con armas y munición para que yo esté listo
cuando la voz sea pasada, o yo sea ordenado defender ya sea la iglesia
como individuo o con la milicia del Papa.
“Todo lo cual yo,…juro por la bendita Trinidad y bendito sacramento
cual ahora voy a recibir para desempeñar y en parte para cumplir éste,
mi juramento.
Y por último, viene la parte más espantosa del Juramento Jesuita:
“Yo además prometo y declaro que yo, cuando la oportunidad se
presente, preparar y hacer implacable guerra, secreta y abiertamente
contra todos los herejes, Protestantes y Masones, como yo he sido
ordenado
En confirmación de lo cual yo por la presente dedico mi vida, alma, y
todos los poderes corporales, y con la daga cual ahora recibo yo
suscribiré mi nombre escrito con mi sangre como testimonio de lo cual; y
si yo soy probado falso o débil en mi determinación, que mis hermanos y
compañeros soldados de la milicia del Papa corten mis manos y pies y mi
garganta de oreja a oreja, mi panza abierta y azufre queme dentro con
todo el castigo que pueda ser infligido sobre mí en esta tierra y mi
alma será atormentada por demonios en el infierno eterno para siempre
Napoleón Bonaparte hizo esta afirmación: