lunes, 28 de abril de 2014

La domesticación de animales y plantas no fue como nos la han contado

 

 Las llamas domésticas son en realidad una quimera. Muchas de ellas son el resultado de la hibridación con las vicuñas y guanacos salvajes

 

El proceso de uso y control de otros seres vivos por parte de los humanos fue más largo y generalizado en casi todo el planeta de lo que se pensaba hasta el momento. La mezcla accidental o intencionada con las especies salvajes ha sido una constante en la historia

 Durante 200.000 años, a los seres humanos les bastó con cazar y recolectar para prosperar. Pero en unos milenios, domesticaron una gran variedad de animales y plantas, en un proceso que dio forma a las sociedades modernas. Aquel fue un gran salto pero ni fue tan intencionado ni tan lineal y menos aún rápido y focalizado en unas cuantas áreas geográficas como cuentan los libros de historia. A tenor de las últimas investigaciones, el progreso estuvo salpicado de pasos atrás, improvisación, azar y fracasos

Fue

Charle Darwin

el primero en sistematizar la visión de la ciencia sobre la domesticacion de especies salvajes para el sustento de los humanos. Desde él, los científicos han creído a pies juntillas que la selección artificial en busca de unas características deseadas fue un proceso consciente. Era la segunda mitad del siglo XIX, el positivismo y la idea de un eterno progreso ofrecían una imagen de los seres humanos como protagonistas, también de la historia natural, muy sugerente.

Sin embargo, los avances en arqueologias y genetica de las últimas décadas, y el empeño de muchos científicos de combinar ambas disciplinas están desmontando buena parte de los mitos que rodean a aquella gesta humana. Frente a la visión canónica de que la domesticación fue un rápido proceso concentrado al principio en muy pocas zonas del planeta, recientes investigaciones muestran un panorama muy diferente. Se trató más bien de un complejo y largo proceso de relaciones entre animales, plantas y humanos

 Con un conjunto de nuevas técnicas en juego, hablando y colaborando, los arqueólogos y los genetistas están cambiando radicalmente cómo vemos la domesticación”, dice Dolores Piperno, científica emérita del Instituto para la Investigación Tropical y coautora de un artículo que introduce un especial de PNAS con una decena de recientes investigaciones sobre la domesticación de plantas y animales.

 

Hace 11.000 años

Aecepccion de los perros q fue muy anterior el inicio de la domesticación se puede situar entre unos 11.000 y 12.000 años atrás, después de la última glaciación. Pero se alargó varios milenios más. Además, algunas plantas como el arroz, el algodón o el mijo, y especies animales tan relevantes como las vacas, los cerdos o los caballos no fueron domesticados hasta varios milenios después.

Los estudios genéticos y arqueológicos revelan ahora que la visión de un proceso nacido de unas pocas regiones geográficas como el Creciente Fértil o el este de Asia es errónea. Al menos hubo 11 centros originarios repartidos por todos los continentes, a excepción de Oceanía, que concentraron las principales especies domesticadas. Pero la cifra se queda corta, algunos la elevan hasta la treintena.

 Además, existen grandes diferencias temporales y espaciales en la domesticación de unas especies y otras. En América, por ejemplo, la siembra consciente de semillas fue muy anterior a la cría de animales, un proceso que se invierte en África o la India. Hay casos de doble domesticación como el del cerdo. En uno de los estudios, los investigadores muestran cómo los cerdos fueron domesticados de forma independiente, primero en Anatolia y después en el este de lo que hoy es China.

 El caso de los cerdos muestra también la existencia de pasos atrás en esta supuesta historia de progreso. Los anatólicos acabaron llegando a Europa, pero el análisis del ADN mitocondrial muestra que se mezclaron con jabalíes salvajes de forma continuada. En China, al contrario, no existe rastro de esta hibridación, quizá debido a mejores técnicas de estabulación. El intercambio genético entre variedades domésticas y salvajes parece ha sido una constante hasta hace bien poco

 Nuestros hallazgos muestran un escaso control sobre la reproducción, en especial de las hembras domésticas, e indican un extenso flujo genético o hibridación entre poblaciones de animales domésticos y salvajes”, explica en una nota de la Universidad de Washington en Saint Louis, Fiona Marshall.

 Esta mezcla fue accidental pero en ocasiones plenamente buscada.  ”Los animales salvajes son por lo general más rápidos, fuertes y mejor adaptados a las condiciones locales que los domesticados”, recuerda Marshall. Y pone el ejemplo de los pastores beja, del noreste africano. Ellos cruzaban a propósito sus burros con los asnos salvajes africanos para tener animales más resistentes para el transporte. En cuanto al cruce accidental, aún hoy, los camellos del desierto de Gobi se mezclan con sus primos silvestres

 

                      El síndrome de la domesticación

 Hoy es muy fácil echar la mirada atrás y ver la domesticación como un esfuerzo inteligente y dirigido para obtener animales y plantas más dóciles, resistentes a plagas y que dan más leche, carne o frutos. Estas son algunas de las características que dan forma al llamado síndrome de la domesticación, los trazos que diferencian a las variedades domesticadas de las silvestres. Pero es un error ver este síndrome como un todo acabado en unos pocos años

 Hasta ahora, se mantenía que la fijación de la domesticación en los genes era cuestión de un par de siglos como mucho. Pero la genética ha demostrado que el trigo, la cebada y el arroz, por ejemplo, tardaron entre 2.000 y 4.000 años en fijar en su herencia genética un fenotipo clave para los humanos como es el que impide la dehiscencia de sus semillas. En sus versiones silvestres, cuando maduran, los granos caen al suelo, algo que complicaría su recolección. Sin embargo, en las domesticadas la dehiscencia ha desaparecido.

 Pero la mayor carga de humildad la pone el hecho de que una comparación de la evolución de los fenotipos entre especies domesticadas y salvajes muestra que el ritmo de cambio evolutivo no suele ser mayor en las primeras. De hecho, en muchas de las especies, la selección natural ha actuado con mayor rapidez en las segundas. Por una vez, Darwin se equivocaba

 

domingo, 27 de abril de 2014










INTELIGENCIA ANTRÓPICA, SOMOS UN ACCIDENTE DE LA NATURALEZA: todo parte de la idea de que somos una casualidad. En un primer momento Martin Rees deja claro que el objetivo inicial, y aún hoy persistente, de la Ciencia es demostrar que Dios no existe que somos el resultado de una casualidad. Para ello se ha mantenido que somos el fruto de átomos, tiempo y matemática
 Hechos como que las leyes de la naturaleza sean tan perfectas son casualidad. El hecho de que en la matemática del universo hay unos números que predominan notablemente sobre otros y que sin ellos el universo sería estéril y no evolucionaría son pura casualidad o son hechos que pertenecen a una teoría que aún desconocemo
 Sin embargo, llegó el día que los científicos descubrieron una nueva ley de la naturaleza o ley física en el Universo que les cuestionó su posición. Esta ley se conoce como la ”constante cosmológica”. Mientras los valores del universo como la ley de la gravedad están ajustados al 1%, este nuevo valor, anti-gravitacional, está ajustado a un cero coma y 120 decimales más por ciento.
 Dicho de otro modo, valores como el de la gravedad podrían variar hasta un 1% arriba o abajo y el universo y nosotros seguiríamos existiendo, pero la ley anti-gravitacional, recientemente descubierta, NO PODRÍA VARIAR!!!!!! Lo que supone un “ajuste perfecto” del universo y por lo tanto, imposible de sostener, a nivel científico, que su creación sea una casualidad
PARA SER UN ACCIDENTE DE LA NATURALEZA SE TIENE QUE DAR LA TEORÍA DEL MULTIVERSO: y es por ello que los científicos llegaron hasta la Teoría del Multiverso. Sí sólo hay un Universo y es perfecto es que existe un arquitecto del Universo, pero si hay miles de universo más, científicamente podríamos seguir siendo un accidente de la naturaleza, una casualidad dentro de la creación de miles de Universos
LA TRAMPA DE LA TEORÍA DEL MULTIVERSO: pero la teoría que salvaba a los científicos de pensar en un creador tiene truco, ya que si hay miles de Universos debemos suponer que hay Universos menos evolucionados que nosotros a la vez que suponer que hay Universos más evolucionados que el nuestro. Y así los científicos empiezan a cuestionarse la hipótesis de un Universo más evolucionado que el nuestro y cómo seríamos nosotros en unos 6.000 millones de años. Pues muy fácil, tan diferentes como lo somos ahora de una bacteria, que es el tiempo que ha podido transcurrir desde la creación de nuestro sol hasta nuestros días.

LA HIPOTESIS DE LA SIMULACIÓN: pero y si fuéramos tan diferentes, ¿nuestro cerebro crecería en la misma proporción que lo ha hecho en estos años de evolución? Los estudios científicos muestran que si nuestro cerebro creciera perderíamos nuestro poder de inteligencia, no mejoraríamos evolutivamente, lo que lleva a los científicos a creer, basándose en lo que ya es una realidad, que lo que evolucionará es la tecnología y el uso que hagamos de ella.
 Por tanto podríamos llegar a crear ordenadores tan potentes que simularan la creación del universo y nuestra propia evolución y ahí es donde han llegado a desarrollar la hipótesis científica a partir de la cual, si hubiera otros universos y si al menos uno de ellos estuviera más evolucionado, podría haber conseguido ese ordenador y nosotros podríamos ser su simulación
 Tal y como dice el documental, al final, “al buscar una idea alternativa a la Religión sobre la Creación, los Cosmólogos han revelado una posibilidad científica muy similar: la existencia de un SER todo-poderoso, omnisciente y super-inteligente, una entidad cuyos motivos son inescrutables y que no se pueden demostrar.
 Ahora toca esperar para saber el nivel de acierto que han tenido nuestros científicos. Si, como sabemos la teoría atómica de los griegos ha tardado 2.500 años en demostrarse, al menos no debemos desechar ninguna hipótesis aunque no se pueda comprobar. Como dice uno de los entrevistados, si así fuera, hoy en día no conoceríamos ni los átomos, ni los agujeros negros, ni el bossom de Higgs.
 Como punto crítico diré que el documental basa esta hipótesis en evolución tecnológica porque no da cabida a la evolución física más allá de donde estamos y en este punto difiero. Yo sí creo en una evolución física o biológica, no sabría como llamarla, en el sentido de poder desarrollar más cualidades de nuestro cerebro sin que este tenga que crecer de tamaño. Para mi el cambio vendrá por una combinación de evolución tecnológica, más una evolución biológica de capacidades y talentos más una evolución espiritual. Ahora bien esto es ya tema de otro artículo y que no está en contradicción con la conclusión de este documental.
 Y en la conclusión me resulta muy curioso la coincidencia, en pocos meses, de este documental con la publicación de un descubrimiento de la NASA de una foto del Universo que mostraba ciertos indicios, a investigar, de que bien podríamos ser un holograma. Idea ésta que ya es antigua en nuestra Filosofía y que ya Calderón de la Barca podría haber dejado entrever. Un concepto diferente de REALIDAD. Un divertido concepto de realidad que podría liberarnos de muchos condicionamientos, porque si todo es un juego…tan sólo sería cuestión de conocer las reglas y DIVERTIRSE