sábado, 12 de julio de 2014

El Evangelio de Judas, un libro prohibido



http://ts2.mm.bing.net/th?id=HN.608010195001740025&pid=15.1&P=0El Evangelio de Judas, supuestamente empleado por gnósticos cainitas, fue compuesto entre los años 139 y 150, pero desapareció por muchos siglos, hasta que en 1970 fue redescubierto en Egipto, y posteriormente traducido, ya que estaba en copto. Dentro de este texto apócrifo, Judas Iscariote no es un traidor, sino que es el discípulo predilecto de Jesús. Así, no entrega a Jesucristo por deslealtad, sino por un plan previamente trazado por él (Jesús) mismo.
 A diferencia de los evangelios canónicos, el Evangelio de Judas nos presenta a un Jesús desenfadado, que se ríe con relativa frecuencia; como, por ejemplo, en el polémico episodio de la última cena, donde estalla en carcajadas cuando parten el pan en su honor, ya que él solía decir “vuestro Dios” cuando se refería a la concepción de Dios de sus discípulos, puesto que consideraba que en cierta manera eran idólatras, no por maldad sino por una ignorancia que los impulsaba a adorar al falso dios creador del mundo, cosa que, a su parecer, estaban haciendo en ese momento, cuando partían el pan en honor a él y al falso Dios que adoraban.
  Dice al respecto el Evangelio de Judas (36, 19-37, 3): ‹‹”Señor, ¿cuál es la gran generación que es superior a nosotros y más santa que nosotros […]?”. Y cuando oyó esto, Jesús se rió y les dijo: “¿Por qué pensáis en vuestros corazones sobre la generación fuerte y santa? En verdad os digo, ninguno nacido de este eón verá a esta generación”››

Al apóstol Judas Iscariote se le ha tachado de traidor a lo largo de la historia, por haber entregado a Jesús a las autoridades. Pero, ¿fue el propio Jesús quien le pidió a Judas, su amigo y discípulo, que le entregara a las autoridades?








En los años setenta del siglo XX un campesino, buscador de tesoros, descubrió un códice que durante unos 1.700 años había permanecido oculto en el interior de una tumba o cueva a orillas del río Nilo y a las afueras de El Minya, en Egipto. El códice contenía un fragmento del Evangelio de Judas, que se creía desaparecido, en el que la figura de Judas cobra una nueva dimensión.



El Evangelio prohibido de Judas 


Estado del Evangelio de Judas
Evangelio de Judas

El conjunto de papiros, en mal estado de conservación, pasó a manos de un anticuario egipcio, que no consiguió encontrar un comprador debido al elevado precio que reclamaba. La Fundación Maecenas, fundada en Basilea, adquirió los documentos en 2001 y posteriormente contactó con National Geographic Society, que se ocupó del estudio, difusión y restauración del Evangelio de Judas. Con el fin de garantizar su autenticidad se realizaron diversos estudios que incluyen la paleografia, la datación por radiocarbono y el análisis de la tinta.




En enero de 2006, National Geographic Society encargó a la compañía McCrone Associates, de Illinois, el análisis de la tinta contenida en el "Evangelio de Judas", escrito encopto y que había sido datado en el siglo III o IV d.C. 

«Desde el principio éramos conscientes de que en abril, sólo tres meses después, se había convocado una rueda de prensa para dar a conocer el descubrimiento»

Joseph G. Barabe, microscopista y director del proyecto de investigación en McCrone Associates y su equipo de científicos están especializados en detectar falsificaciones. Ha trabajado para el FBI en un caso importante, detectando obras falsificadas de la artista afroamericana Clementine Hunter.




Los científicos comprobaron que la tinta contenía dos componentes, uno negro y otro marrón. La tinta negra había sido elaborada con negro de humo (o negro de hollín) y aglutinante de goma para fijar el pigmento, una fórmula clásica en la tinta del Antiguo Egipto, que ya se utilizaba en los primeros papiros o para realizar inscripciones en la cerámica. El componente marrón, en cambio, resultaba más complejo. Tenía el aspecto de las típicas tintas ferrogálicas, muy utilizadas en la Edad Media, pero la ausencia de azufre en su composición elemental resultó ser un problema, un obstáculo para confirmar la autenticidad del documento.

Joseph G. Barabe
Joseph G. Barabe
 «No lo entendíamos. Simplemente no encajaba con lo que habíamos visto hasta entonces. Sentí una enorme responsabilidad, no sólo con respecto a National Geographic Society, sino también con respecto a mi compañía. Si se trataba de una falsificación, no podía obviar el hecho y comprometer a ambas organizaciones; y si era auténtico, no quería afirmar erróneamente que lo era. Me quedaba despierto por la noche buscando desesperadamente una respuesta», - explica Joseph G. Barabe.






Un antiguo certificado de matrimonio egipcio, cuyo estudio fue realizado por científicos del Museo del Louvre, fue la clave para autentificar el Evangelio de Judas, según se anunció a comienzos del pasado mes de abril en la 245 edición de la Sesión y Exposición Nacional de la Sociedad Americana de Química.



 «Si no hubiéramos encontrado un estudio del Louvre sobre la boda egipcia y contratos territoriales, que eran de la misma época y tenían tinta similar a la utilizada para grabar el Evangelio de Judas, hubiera sido mucho más difícil discernir su autenticidad», argumenta Joseph G. Barabe en un comunicado.


Este descubrimiento ha validado el resto de estudios y análisis realizados, que datan el "Evangelio de Judas" aproximadamente en el año 280 d.C. El equipo científico de Joseph G. Barabe insiste en que este hallazgo no prueba, más allá de toda duda, que el documento sea auténtico, pero sí que demuestra que no se trata de una falsificación.



El texto del Evangelio de Judas



El texto del Evangelio de Judas es un relato de unas doscientas cincuenta líneas, del ancho aproximado de un folio, que se encuentra en un códice de 66 páginas, más de un tercio del cual es ilegible, y que contiene otras tres obras.



Dos de ellas (el Primer Apocalipsis de Santiago, y la Epístola a Felipe, atribuida a San Pedro) son obras gnósticas ya conocidas por los hallazgos de NagHammadi La tercera es un fragmento de un texto desconocido, titulado provisionalmente Libro de Alógenes. Todos los textos están escritos en el dialecto sahídico del idioma copto, aunque es una traducción de un original griego. Mediante varios métodos, entre ellos el del carbono-14, el códice ha sido datado entre los años 220 y 340.



El papiro se encuentra deteriorado: algunas partes del texto se han perdido y otras se conservan sólo fragmentariamente. 26 de las 66 páginas corresponden al Evangelio de Judas. La parte que ha podido ser traducida comienza indicando que se trata de las revelaciones que Jesús hizo a Judas Iscariote, en conversación privada, tres días antes de la Pascua. Escrito en tercera persona, el texto es un diálogo entre Jesús y sus discípulos, especialmente Judas, que aparece como el discípulo favorito de Jesús. Según este evangelio, Judas entregó a su maestro a los romanos siguiendo órdenes del propio Jesús, quien profetizó:

"Tú serás el decimotercero, y serás maldito por generaciones, y vendrás para reinar sobre ellos" (página 47 del manuscrito).



El Jesús que presenta este Evangelio es desenfadado, se ríe con frecuencia de los malentendidos de los demás discípulos y de su devoción superficial. La inversión de la relación tradicional entre Jesús y Judas que plantea el texto es que Jesús le está agradecido a Judas y lo elogia:

"Tú los superarás a todos ellos. Porque tú sacrificarás el hombre que me cubre (...). La estrella que indica el camino es tu estrella" (n. 56-57).



Última cena con Judas
Última cena con Judas





Al final, poco después de entrar en una nube luminosa, Judas recibió algún dinero y se lo entregó a ellos. Jesús se lo agradece, ya que prepara el momento en que Jesús quedará liberado del cuerpo, lo que le permite regresar al "reino grande e ilimitado cuya inmensidad no ha visto ninguna generación de ángeles" (n. 47). El texto termina con Judas entregando a Jesús ante los sumos sacerdotes y no incluye ninguna mención de la crucifixión o de la resurrección.


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