sábado, 29 de marzo de 2014

El Control Social a Través del Miedo

George Orwell nos entregó su novela 1984 como una advertencia de tiempos que vendrían si la gente seguía con su absurda costumbre de delegar responsabilidades en sus “autoridades”. Esos tiempos llegaron.
Aunque la instalación de una cámara de TV de circuito cerrado y monitor de TV en cada dormitorio para controlar la actividad de cada ciudadano no parece, por ahora, algo inminente, el control sobre los ciudadanos de una nación se realiza de manera bastante eficiente por medio de un mecanismo muy efectivo: la creación del miedo en la sociedad. Una sociedad con miedo recurrirá siempre a sus “autoridades” en busca de protección, sin caer en cuenta de que ha puesto al zorro al cuidado del gallinero.

 
Michael Crichton escribió una exitosa novela de ficción sobre el calentamiento global y el cambio climático que merece ser leído por quienes no tienen el asunto del cambio climático muy claro. La novela se llama “Estado de Miedo” y trata sobre las aventuras de un grupo de personas que descubren un extraño complot de eco-terroristas para causar catástrofes ambientales y demostrar así que los peligros del cambio climático son reales, y que hay que hacer algo urgente al respecto, como firmar el Tratado de Kioto, dictar las leyes e impuestos necesarios para disminuir la emisión de dióxido de carbono, etc, etc, es decir, la Letanía enunciada por Bjorn Lomborg –y donar, por supuesto, mucho dinero a las ONGs salvadoras del planeta, que son varias decenas de miles.

La novela es atrayente, entretenida; un argumento tipo espionaje y servicios secretos, y las 685 páginas se leen casi de una sentada. Los personajes hablan y discuten con miembros de equipos de abogados que preparan una monumental demanda judicial contra la EPA (Agencia de Protección del Ambiente) y los EEEUU por su responsabilidad en el calentamiento global, representando a los pobladores de la Isla de Vanuatu, en el Pacífico, que según ellos será cubierta por el mar en poco tiempo más. Las discusiones están acompañas de excelentes explicaciones científicas (bien fáciles de comprender), gráficos ilustrativos de temperaturas y tendencias, y referencias a estudios científicos publicados para sostener sus afirma-ciones. Una rara mezcla de “ciencia-ficción” en el argumento pero “ciencia-realidad” en sus explicaciones.
 
El Miedo como herramienta
Pero quizás una de las partes más interesantes del libro está en una conversación entre uno de los personajes y un profesor universitario, un genio excéntrico que parece tener las cosas muy en claro, no sólo con respecto a las verdaderas consecuencias que tendría un calentamiento futuro del planeta de unos 2,5º C -si es que se llega a ese nivel- sino a las causas de la enorme propaganda que ha venido impulsando al que parece que será el más grande de todos los fraudes científicos perpetrados en la historia. El profesor Hoffman lo achaca al control de la sociedad a través del miedo, algo que hemos venido alertando en este sitio web desde hace varios años, bastante antes de que Crichton lo pusiera de manera muy elocuente y lo demostrara tan brillantemente. En realidad, es el resultado de una recopilación de miles de trabajos realizados desde hace décadas en el mundo, en relación al manejo de la sociedad y la necesidad de mantenerla bajo un control estricto.

Agregaría yo que la necesidad de los gobiernos de mantener ese estricto control sobre sus ciudadanos es porque son los ciudadanos quienes tienen un dinero que se les puede sacar con mucha facilidad, y han descubierto que el miedo es la mejor y más eficiente de las herramientas para lograr que los ciudadanos, de manera voluntaria, y hasta con entusiasmo, se desprendan de fuertes cantidades de dinero para entregarlas a un gobierno que las usará sin rendir cuentas claras. La pobre gente cree que el gobierno les salvará de todos los peligros -que los mismos gobiernos se habían encargado de imaginar para llegar a esa situación.
En la conversación que un tal Profesor Hoffman tiene con Peter Evans, uno de los principales personajes de la historia, Crichton nos expone su idea del asunto. Se citan textualmente las partes más significativas de la conversación (el texto en negritas es mi responsabilidad).
 
 
El “Estado de Miedo”
- “Quiero ir a parar a la idea del control social, Peter, a la necesidad de todo Estado soberano de ejercer control sobre el comportamiento de sus ciudadanos, de mantenerlos dentro de un orden y fomentar en ellos una actitud razonablemente sumisa: de obligarlos a conducir por el lado derecho de la carretera, o por el izquierdo, según sea el caso; de exigirles el pago de impuestos. Y naturalmente sabemos que el control social se administra mejor mediante el miedo.”
-“El miedo”- repitió Evans.
- “Exactamente. Durante cincuenta años las naciones occidentales mantuvieron a sus ciudadanos en un estado de miedo perpetuo. Miedo al otro bando. Miedo a la guerra nuclear. La amenaza comunista. El telón de acero. El imperio del mal. Y en el ámbito de los países comunistas, lo mismo pero a la inversa: miedo a nosotros. Y de pronto, en otoño de 1989, todo eso se acabó. Desapareció, se esfumó. Fin. La caída del Muro de Berlín creó un vacío de miedo. La naturaleza detesta el vacío. Algo tenía que llenarlo.”

Evans frunció el entrecejo.
- ¿”Está diciendo que las crisis ecológicas sustituyeron a la guerra fría?”
- “Eso demuestran los datos. Es cierto, desde luego, que ahora tenemos el fundamentalismo radical y el terrorismo posterior al 11-S para asustamos, y esas son sin duda razones muy reales para el miedo, pero no va por ahí mi argumentación. Mi idea es que hay siempre una causa para el miedo. La causa puede cambiar a lo largo del tiempo, pero el miedo siempre nos acompaña. Antes de temer al terrorismo, temíamos el medio ambiente tóxico. Antes estaba la amenaza comunista. La cuestión es que, si bien la causa concreta de nuestro miedo puede variar, nunca vivimos sin miedo. El miedo impregna la sociedad en todos sus aspectos. Permanentemente.
 
Conclusión
Si tiene esos 10 euros que le sobran (quizás por haber dejado de fumar, o ahorrado de una donación que se arrepintió de hacerle a Greenpeace), no lo dude un momento. Consiga el libro Estado de Miedo de Michael Crichton, siéntese en el lugar más cómodo de su casa y comience a darse el enorme placer de leer una muy entretenida novela, llena de acción y dramatismo y repleta de información que le será de enorme utilidad. Después me agradecerá el consejo.
Sobre todo, cuando llegue al final, podrá leer el Apéndice 1: Por qué es peligroso la politización de la ciencia. Si tiene paciencia, como decían las radionovelas, en este mismo punto de dial, la próxima semana lo podrá leer completo. No tiene desperdicio.
 



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