El Control Social a Través del Miedo
George Orwell nos entregó su
novela 1984 como una advertencia de tiempos que vendrían si la gente
seguía con su absurda costumbre de delegar
responsabilidades en sus “autoridades”. Esos tiempos llegaron.
Aunque la instalación de una
cámara de TV de circuito cerrado y monitor de TV en cada dormitorio para
controlar la actividad de cada ciudadano no parece, por
ahora, algo inminente, el control sobre los ciudadanos de una nación
se realiza de manera bastante eficiente por medio de un mecanismo muy
efectivo: la
creación del miedo en la sociedad. Una sociedad con miedo
recurrirá siempre a sus “autoridades” en busca de protección, sin caer
en cuenta de que ha puesto al zorro al cuidado del
gallinero.
Michael Crichton
escribió una exitosa novela de ficción sobre el calentamiento global y
el cambio climático que merece
ser leído por quienes no tienen el asunto del cambio climático muy
claro. La novela se llama “Estado de Miedo” y trata sobre las aventuras
de un grupo de personas que descubren un extraño complot
de eco-terroristas para causar catástrofes ambientales y demostrar
así que los peligros del cambio climático son reales, y que hay que
hacer algo urgente al respecto, como firmar el Tratado de
Kioto, dictar las leyes e impuestos necesarios para disminuir la
emisión de dióxido de carbono, etc, etc, es decir, la Letanía enunciada
por Bjorn Lomborg –y donar, por supuesto, mucho dinero a
las ONGs salvadoras del planeta, que son varias decenas de miles.
La novela es atrayente,
entretenida; un argumento tipo espionaje y servicios secretos, y las 685
páginas se leen casi de una sentada. Los personajes hablan y
discuten con miembros de equipos de abogados que preparan una
monumental demanda judicial contra la EPA (Agencia de Protección del
Ambiente) y los EEEUU por su responsabilidad en el calentamiento
global, representando a los pobladores de la Isla de Vanuatu, en el
Pacífico, que según ellos será cubierta por el mar en poco tiempo más.
Las discusiones están acompañas de excelentes
explicaciones científicas (bien fáciles de comprender), gráficos
ilustrativos de temperaturas y tendencias, y referencias a estudios
científicos publicados para sostener sus afirma-ciones. Una
rara mezcla de “ciencia-ficción” en el argumento pero
“ciencia-realidad” en sus explicaciones.
El Miedo como herramienta
Pero quizás una de las partes
más interesantes del libro está en una conversación entre uno de los
personajes y un profesor universitario, un genio
excéntrico que parece tener las cosas muy en claro, no sólo con
respecto a las verdaderas consecuencias que tendría un calentamiento
futuro del planeta de unos 2,5º C -si es que se llega a ese
nivel- sino a las causas de la enorme propaganda que ha venido
impulsando al que parece que será el más grande de todos los fraudes
científicos perpetrados en la historia. El profesor Hoffman lo
achaca al control de la sociedad a través del miedo, algo que hemos
venido alertando en este sitio web desde hace varios años, bastante
antes de que Crichton lo pusiera de manera muy elocuente y
lo demostrara tan brillantemente. En realidad, es el resultado de
una recopilación de miles de trabajos realizados desde hace décadas en
el mundo, en relación al manejo de la sociedad y la
necesidad de mantenerla bajo un control estricto.
Agregaría yo que la necesidad
de los gobiernos de mantener ese estricto control sobre sus ciudadanos
es porque son los ciudadanos quienes tienen un dinero
que se les puede sacar con mucha facilidad, y han descubierto que el
miedo es la mejor y más eficiente de las herramientas para lograr que
los ciudadanos, de manera voluntaria, y hasta con
entusiasmo, se desprendan de fuertes cantidades de dinero para
entregarlas a un gobierno que las usará sin rendir cuentas claras. La
pobre gente cree que el gobierno les salvará de todos los
peligros -que los mismos gobiernos se habían encargado de imaginar
para llegar a esa situación.
En la conversación que un tal
Profesor Hoffman tiene con Peter Evans, uno de los principales
personajes de la historia, Crichton nos expone su idea del
asunto. Se citan textualmente las partes más significativas de la
conversación (el texto en negritas es mi responsabilidad).
El “Estado de Miedo”
- “Quiero ir a parar a la idea
del control social, Peter, a la necesidad de todo Estado soberano de
ejercer control sobre el comportamiento de sus
ciudadanos, de mantenerlos dentro de un orden y fomentar en ellos
una actitud razonablemente sumisa: de obligarlos a conducir por el lado
derecho de la carretera, o por el izquierdo, según sea el
caso; de exigirles el pago de impuestos. Y naturalmente sabemos que
el control social se administra mejor mediante el miedo.”
-“El miedo”- repitió Evans.
- “Exactamente. Durante
cincuenta años las naciones occidentales mantuvieron a sus ciudadanos en
un estado de miedo perpetuo. Miedo al otro bando. Miedo a la
guerra nuclear. La amenaza comunista. El telón de acero. El imperio
del mal. Y en el ámbito de los países comunistas, lo mismo pero a la
inversa: miedo a nosotros. Y de pronto, en otoño de 1989,
todo eso se acabó. Desapareció, se esfumó. Fin. La caída del Muro de
Berlín creó un vacío de miedo. La naturaleza detesta el vacío. Algo
tenía que llenarlo.”
Evans frunció el entrecejo.
- ¿”Está diciendo que las crisis ecológicas sustituyeron a la guerra fría?”
- “Eso demuestran los datos.
Es cierto, desde luego, que ahora tenemos el fundamentalismo radical y
el terrorismo posterior al 11-S para asustamos, y esas
son sin duda razones muy reales para el miedo, pero no va por ahí mi
argumentación. Mi idea es que hay siempre una causa para el miedo. La
causa puede cambiar a lo largo del tiempo, pero el miedo
siempre nos acompaña. Antes de temer al terrorismo, temíamos el
medio ambiente tóxico. Antes estaba la amenaza comunista. La cuestión es
que, si bien la causa concreta de nuestro miedo puede
variar, nunca vivimos sin miedo. El miedo impregna la sociedad en
todos sus aspectos. Permanentemente.
Conclusión
Si tiene esos 10 euros que le
sobran (quizás por haber dejado de fumar, o ahorrado de una donación que
se arrepintió de hacerle a Greenpeace), no lo dude un
momento. Consiga el libro Estado de Miedo de Michael Crichton,
siéntese en el lugar más cómodo de su casa y comience a darse el enorme
placer de leer una muy entretenida novela, llena de acción y
dramatismo y repleta de información que le será de enorme utilidad.
Después me agradecerá el consejo.
Sobre todo, cuando llegue al
final, podrá leer el Apéndice 1: Por qué es peligroso la politización de
la ciencia. Si tiene paciencia, como decían las
radionovelas, en este mismo punto de dial, la próxima semana lo
podrá leer completo. No tiene desperdicio.
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