Qué se oculta tras “La Última Cena” de Da Vinci? 2ª PARTE
Quien más recriminó este gesto y se enfadó, fue Simón Pedro, que como forma de protesta, lo que hizo fue tomar sitio en el lecho más bajo de la mesa, justo en el extremo, enfrente de Juan. En esta imagen, podéis ir visualizando cómo realmente debían estar sentados.
Para los judíos, la parte más importante
de la mesa no era el centro, sino el lado izquierdo, esencialmente el
segundo lugar, pintado en amarillo en la imagen. Así que Juan, se sentó
justo en el extremo (a su derecha), y Judas lo hizo a su izquierda,
ocupando el tercer sitio del triclinio.
El lugar de menor importancia, era el que
estaba situado más cerca de la puerta, ya que éste era el lugar que
solía ocupar el siervo, que debía estar constantemente atento por si
tenía que ir a buscar más agua, comida, vino, etc… y éste fue el lugar
que ocupó Simón para demostrar su enfado. Así que ya conocemos
exactamente donde se colocaron cuatro de los personajes de la última
cena. En Juan 13:23,25, se puede leer: “Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús, cerca de su pecho“.
Según la disposición real, a su lado
estaban Judas y Juan. Si observamos el cuadro de Da Vinci, a la derecha
de Jesús está Juan y a su izquierda Tomás, así que, quien debió
recostarse sobre su pecho fue Juan. Ahora bien, aquí viene uno de los
secretos revelados por Da Vinci en “La Última Cena”. La persona que está
a su derecha no es Juan, sino que se trata de María Magdalena.
Da
Vinci nos está revelando dos secretos: 1.- que sí había mujeres en la
cena, como era común en las comidas de festividades y 2.- que su
discípulo predilecto, el elegido, era María Magdalena.
Da Vinci nos dejó otra pista para decirnos que sí hubo presencia de mujeres en dicha cena, un nudo en un extremo del mantel.
La palabra “nudo” en italiano hace referencia a un vínculo (vincoli). Así que Da Vinci, nos está dando otra pista, que en la mesa existe un vínculo muy especial.
Si pudiéramos presenciar la pintura
original según lo pintó Da Vinci, y pudiéramos ver los colores de forma
nítida, podríamos apreciar otro simbolismo, otro mensaje cifrado. Los
ropajes de Jesús, eran azul y rojo, y el de María Magdalena son los
mismos, únicamente cambia la posición, está de forma inversa. Da Vinci
nos informa que uno completa al otro, que estaban unidos mucho más allá
de un simple trato afectuoso maestro-discípulo, sino que su relación era
mucho más importante, como un matrimonio.
En la Biblia, se nos dice que Juan, es
decir, realmente María Magdalena, estaba recostado sobre el pecho de
Jesús (que otro hombre estuviera en esa postura con el Maestro, no sería
una imagen adecuada ni creíble en aquella época, así que sólo una
mujer, una mujer muy unida a él, como una esposa o una madre o una
hermana, podía hacerlo, y Mª Magdalena no era ni su madre ni su
hermana).
Da Vinci incorporó una técnica llamada escritura invertida o de espejo, dejando
mensajes ocultos que solo pueden ser revelados con el uso de espejos o
superposiciones. En la Universidad de Northeastern (Boston), el
diseñador gráfico Terrence Masson utiliza desde hace
años una tecnología informática para buscar los mensajes ocultos en las
obras de Leonardo. Terrence descubrió que Da Vinci tenía una gran
curiosidad y dominio sobre la reflexión y la refracción de la luz,
óptica y anatomía humana del ojo. También se interesaba por cómo estaban
captados los reflejos de los espejos cónicos. Así que la imagen real
podría ser claramente esta. Si observamos “La Última Cena”, podemos
observar que junto a Jesús, realmente no hay nadie, que existe un
espacio
a ambos lados, y que a su izquierda, bien podría haber una persona reclinada sobre él, sobre su pecho, sobre su regazo.
a ambos lados, y que a su izquierda, bien podría haber una persona reclinada sobre él, sobre su pecho, sobre su regazo.
Es decir, si juntamos una obra original y
el mismo, pero invertido, aparecen imágenes que parecen estar situadas
en otra dimensión, fuera del alcance del ojo humano a simple vista.
Da Vinci, quería revelar algunas cosas en esta parte esencial de la obra. Por un lado, vemos que Juan, que se supone es el predilecto de Jesús y quien, según los escritos, fue la persona que se recostó en su pecho durante la cena, se aparta de la figura de Jesús, algo realmente extraño y fuera de lugar si hiciéramos caso a lo que dice la Biblia.
Da Vinci, quería revelar algunas cosas en esta parte esencial de la obra. Por un lado, vemos que Juan, que se supone es el predilecto de Jesús y quien, según los escritos, fue la persona que se recostó en su pecho durante la cena, se aparta de la figura de Jesús, algo realmente extraño y fuera de lugar si hiciéramos caso a lo que dice la Biblia.
Si observamos con mayor detalle la figura
de Juan, parece claro que lo que se está representando es a una mujer.
Toda la figura es claramente femenina, donde pueden verse las manos
pequeñas, los rasgos del semblante son finos y armoniosos, se intuyen
pechos femeninos y lleva un collar de oro. ¿Por qué Da Vinci la pintó a
su derecha y no justo al lado de Jesús, en la izquierda, apoyada en su
regazo?
Hay que tener en cuenta que Da Vinci
pintaba para la iglesia, y no se podía permitir ciertas licencias
creativas, por mucho que él conociera la verdad de los hechos, porque le
habrían acusado de herejía, blasfemia… y su destino hubiera sido
bastante oscuro. Así que, Da Vinci, se veía obligado a dejar como legado
su conocimiento como maestre del Priorato de Sión, en forma de secretos
ocultos y acertijos.
Si nos fijamos en la composición general
de esta escena, lo más destacado es que la configuración que describen
Jesús y María Magdalena, es como una gran “M”.
Dos líneas azules y dos líneas rojas. Da
Vinci nos revela que se trata, efectivamente, de María Magdalena, porque
no sólo aparece una “M” (María), sino que los panes de ambos,
perfectamente posicionados donde Da Vinci quería, forma una segunda “M”
(Magdalena). Leonardo nos facilita todos los detalles para decirnos que
Jesús y María Magdalena, estaban ambos presentes en la última cena, y
que el lugar preferencial lo ocupaba María Magdalena y no Juan entre sus
discípulos.
La mayoría de los libros y la historia,
nos dicen que la escena refleja el momento exacto donde Jesús, dice a
sus discípulos que uno de ellos le iba a traicionar. Jesús dijo: “En
verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me traicionará” (Amen
dico vobis, quia unis vestrum me traditurus est – Mateo 26).
Jesús ocupa el centro de la escena, a sus
lados, existe un equilibrio con seis discípulos a cada lado. Si nos
fijamos, se puede ver que los discípulos están agrupados de tres en
tres. Los discípulos están agrupados en “rectángulos”, cuyo significado
es unidad y estabilidad. En el centro está Jesús, y al contrario que
todos los demás, se encuentra circunscrito en un “triángulo
equilatero”, que significa equilibrio, majestuosidad, el triángulo donde
reside el ojo de Dios. El número tres representa al hombre (cuerpo,
mente y espíritu) y a la deidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Al
fondo, podemos observar tres ventanales que iluminan la parte central
donde está Jesús.
Vamos a ver quién es cada uno y su
posición en la mesa y qué ocurre en el momento exacto donde Jesús,
presuntamente, anuncia que va a ser traicionado por un discípulo que se
encuentra sentado a la mesa.
A la derecha de Jesús, se encuentran Juan (María Magdalena en realidad), Judas y Pedro, y en el extremo Andrés, Santiago y Bartolomé. A la izquierda de Jesús, se encuentran Santiago el Mayor, Tomás y Felipe, y en el extremo Mateo, Tadeo y Simón.
Viendo la escena, todos los discípulos se
encuentran en actitud inquieta, de sorpresa y de indignación, excepto
Jesús y María Magdalena, que se encuentran en un estado de total
normalidad, calmados, serenos. Si realmente éste fuera Juan y no Mª
Magdalena, también se encontraría airado, contrariado y sorprendido por
lo que acaba de decir Jesús, es otra muestra de Da Vinci, para decirnos
que esta persona no es Juan, y que como elegido de Jesús, conoce de
antemano todo lo que él piensa y lo comparte con ella.
Jesús tiene la palma izquierda hacia
arriba y abierta, una posición que expresa paz, sinceridad, honestidad.
En cambio, su mano derecha está hacia abajo y mucho más tensa que la
izquierda, que expresa una posición dominante y que, no está diciendo
toda la verdad. Así que Jesús, está diciendo la verdad pero hay algo que
oculta. Ahora bien ¿lo oculta él o lo oculta Da Vinci? Justamente la
mano derecha, es la que está al lado de Juan (María Magdalena), así que
nos da otra pista que aquello que parece, no es.
El trinomio más alejado a la izquierda de Jesús (a la derecha cuando se contempla el cuadro), y por cercanía a éste, lo forman Mateo, Tadeo y Simón.
Como vimos anteriormente, cuando los discípulos llegaron al lugar donde
todo estaba predispuesto para la cena, Simón se sentó en el lugar menos
privilegiado, lo más alejado de Jesús. Da Vinci, aquí es fiel a la
historia real, y coloca a Simón lejos de Jesús, en el extremo izquierdo,
el de menos importancia en una mesa judía.
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